Acción Social: 2010

Compartimos con ustedes una carta enviada por Valentina Correa responsable del área secundario de Un Techo para Chile. Valentina nos acompañó en los trabajos en Peumo.

Queridos alumnos, voluntarios, jóvenes y chilenos:

Hoy es un momento de sentirse orgullosos; han participado en el primer paso, de muchos, de la reconstrucción de la vida en diecinueve familias. Han participado en la reconstrucción de un pueblo y de nuestro país. Han dejado a un lado sus prioridades, demostrando que no estamos mirándonos el ombligo, sino, mirando al que sufre. Entendiendo que el dolor del otro es también mi dolor; que el privilegio de tener nuestra casa en pie se agradece tendiendo una mano a los que sufren. Y cuando vamos a terreno, nos vemos reflejado en las familias. Nos damos cuenta que muchas veces somos nosotros los devastados. Fuimos a dar y nos fuimos regalados.

¿Qué pasa cuando los jóvenes se ponen? El país se esperanza. Tomar un chuzo y llevar una sonrisa a las familias que nos necesitan, es regalarnos mutuamente.

Me siento, tremendamente orgullosa de la escuela que conformamos todos en Peumo. Agradezco a cada uno de ustedes el entusiasmo, la garra, paciencia y perseverancia.

Agradezco a Victor, quien se preocupó de cada detalle, que ninguno de sus niños se sintiera incómodo, pasara hambre ni frío. Sin él, y todo un equipo que lo respaldó, esto no hubiese sido posible.

En nombre la de la Fundación le agradezco al Rector por permitir que el servicio fuese una prioridad en el aprendizaje de los niños. Y por agarrar el chuzo cada vez que visitamos una cuadrilla.

La energía se obtiene cuando se está convencido de que estamos haciendo lo correcto. Por ello agradezco la energía de ustedes, del colegio, de la municipalidad de Peumo, del Staff que conformó la escuela y la de los zonales y sus equipos que han ido al servicio dando una respuesta concreta a las necesidades de los afectados.

No terminamos todas las casas con nuestras manos, pero repletamos corazones con nuestra visita. Nos contactamos con lo simple. Nos fundimos con las familias y descubrimos que la reconstrucción no está en la mediagua; está en el abrazo. Por lo tanto, han completado el primer paso con excelencia.

Los invito a recordar el momento en que llegaron a saludar por primera vez a sus familias en Peumo. Hagan un breve paso por los dos días que estuvieron junto a ellos; los almuerzos, las historias, la ayuda, la entrega. Vuelvan a vivir el momento de la despedida con cada familia. ¿Qué emoción les surge? Y ahora, preguntarse:

¿De qué forma puedo perdurar esa emoción, llevándola a acción?

¿Cuál es mi rol como joven en la reconstrucción de mi país?

¿Desde qué lugar puedo servir de mejor manera?

¿Cuánto estoy dispuesto a dar?

¿Cuál es mi móvil en la vida?

¿Qué estoy haciendo yo respecto a la pobreza?

¿Qué estoy esperando?

Las respuestas son individuales sólo les quiero transmitir que es muy importante hacer siempre lo que más les importe, solo así podrán bendecir su vida cuando la muerte esté cerca.

Por último, los invito ha potenciar lo mejor de cada uno de ustedes y ponerlo al servicio de nuestro país; de las personas. Desde nuestra vocación, sea cual sea, podemos servir mejor. La diversidad nos permite abarcar todas las necesidades.

No olviden que cada un elije el lugar donde quiere estar, somos libres y con esa libertad debemos elegir. Les deseo lo mejor en la decisión que tomen de sus vidas, y les agradezco por coincidir en Peumo, la ciudad de la fruta y las bicicletas, levantando nuestro país.

Con Cariño,

Valentina Correa U.

Jefa Escuela Peumo